Los Medias Blancas de Chicago podrían estar a punto de cambiar de propietarios. La emblemática franquicia del South Side ha anunciado un nuevo acuerdo de inversión que podría conducir a un nuevo propietario de los White Sox en los próximos años.
¿El posible sucesor? Justin Ishbia, un inversor multimillonario con profundos vínculos con Chicago y una presencia cada vez mayor en el mundo del deporte profesional.
¿Quién podría ser el próximo propietario de los White Sox?
Jerry Reinsdorf, propietario de los White Sox desde 1981, se prepara para una posible transición. Según el nuevo acuerdo, tendrá la opción de vender la propiedad mayoritaria a Ishbia entre 2029 y 2033.
Si eso no sucede, el propio Ishbia tendrá la opción de hacerse cargo del equipo después de la temporada 2034.
¿Quién es Justin Ishbia?
Justin Ishbia no es ajeno al deporte. Él y su hermano Mat son propietarios minoritarios de los Phoenix Suns (NBA) y los Phoenix Mercury (WNBA), y Justin también posee una participación minoritaria de los White Sox.
A principios de este año, renunció a un acuerdo para comprar los Minnesota Twins, optando en su lugar por aumentar su participación en el equipo de Chicago.
La familia Ishbia también está vinculada a Nashville a través de una inversión en un club de la Major League Soccer de esa ciudad, pero este nuevo acuerdo podría indicar un compromiso a largo plazo para mantener a los White Sox en Chicago. También supone un refuerzo financiero para el equipo, ya que Ishbia inyectará nuevos fondos en 2025 y 2026.
El plan a largo plazo del próximo propietario de los White Sox
Aunque la propiedad no cambiará oficialmente hasta al menos 2029, el movimiento apunta a una nueva dirección para la franquicia, que posiblemente incluya planes para un nuevo estadio. Los White Sox han tenido problemas en las últimas temporadas, terminando con un récord de 121 derrotas en 2024.
Con un nuevo liderazgo en el horizonte, los aficionados esperan que este acuerdo sea el comienzo de algo mejor.
Para Chicago, no es sólo una historia deportiva. Es el posible comienzo de un cambio generacional en una de las instituciones más históricas de la ciudad.