Los Chicago Bears siguen adelante con sus planes, largamente anticipados, de abandonar el Soldier Field y construir un nuevo estadio en los suburbios de Arlington Heights, casi dos años después de presentar el proyecto y empezar a trabajar en el terreno.
El nuevo estadio no dependerá de la financiación de los contribuyentes.
Un portavoz de los Bears dijo el viernes al Chicago Tribune que el equipo ha hecho progresos significativos en las discusiones con los funcionarios de Arlington Heights y planea seguir trabajando estrechamente con los líderes estatales y locales.
El equipo también confirmó que ya no solicitará fondos públicos para financiar el proyecto, dando marcha atrás respecto a propuestas anteriores que pedían una combinación de financiación pública y privada.
El anuncio se produce después de que el Gobernador, J.B. Pritzker, se mostrara escéptico a la hora de aprobar la ayuda de los contribuyentes al proyecto.
El proyecto requerirá una legislación especial
El proyecto propuesto abarcaría 326 acres en el emplazamiento del antiguo Hipódromo Internacional de Arlington. Además de un nuevo estadio, los planes incluyen un distrito de ocio y zonas verdes, creando un destino de uso mixto más amplio.
Según el Tribune, el desarrollo requerirá una legislación especial sobre «megaproyectos» para seguir adelante, un proceso que podría llevar tiempo.
Los Bears aún pueden quedarse en Chicago
En abril de 2024, los Bears dieron a conocer los renders de una propuesta alternativa que mantendría al equipo en Chicago, creando un nuevo complejo de estadios a orillas del lago. o
Tras los últimos acontecimientos, un portavoz de la administración Johnson declaró al Tribune que la posibilidad de que los Bears permanezcan en Chicago sigue sobre la mesa.
El alcalde Johnson ha expresado anteriormente su deseo de que el equipo permanezca en Chicago.